DODECAEDRO colgante.

Símbolo de la totalidad y la perfección del universo. Representa el éter o el quinto elemento, uniendo los cuatro elementos clásicos: tierra, agua, aire y fuego. Su estructura geométrica, con doce caras pentagonales, se asocia con las doce constelaciones del zodiaco y los doce meses del año, simbolizando la conexión entre el cosmos y el ciclo de la vida.

En el ámbito espiritual, el dodecaedro se percibe como un portal hacia dimensiones superiores y una herramienta para la meditación y el crecimiento espiritual. Su energía armonizadora ayuda a equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu, facilitando la expansión de la conciencia y la conexión con el todo universal. En particular, el dodecaedro se asocia con el séptimo chakra, también conocido como el chakra corona, que se encuentra en la parte superior de la cabeza. Este chakra es el centro de la conexión espiritual y la iluminación, y la energía del dodecaedro ayuda a abrir y armonizar este chakra, promoviendo un estado de unidad con el universo y una profunda comprensión espiritual.

Su forma perfecta invita a la introspección y al descubrimiento de la divinidad interna, siendo un puente entre lo terrenal y lo celestial. Utilizar un dodecaedro en prácticas de meditación puede facilitar la apertura del séptimo chakra, ayudando a la persona a alcanzar niveles más altos de conciencia y a experimentar una conexión más profunda con la fuente universal de energía y sabiduría.